lunes, 6 de octubre de 2008

LOS DUEÑOS Y LOS GERENTES

La renovación total de la vida política argentina es una necesidad nacional y un reclamo colectivo. Estamos en el marasmo del viejo sistema de renta y financiero, que se pudre de a poco, y cada día vemos un nuevo signo de su descomposición. Querellas pequeñas, saltimbanquis que legislan, decretan y juzgan; asuntos del estado convertidos en negocio. Frente a esta epidemia apareció un reclamo obvio, que se vayan todos, que se evapore el personal político. Sin embargo, el saludable reemplazo de los grupos políticos dominantes no es suficiente; se enfrenta también y sobre todo, un problema de estructura. Porque si la estructura permanece, vendrán otros gerentes para hacer lo mismo. El “que se vayan todos” obedece a un principio de salud mental, no ver las mismas caras, pero adolece de una insuficiencia básica, porque los que se irían son los gerentes, no los dueños.
Distingamos, como ya lo señalamos, el país esta manejado por sus dueños; los bancos, las empresas privatizadas, los concesionarios de los servicios públicos, los que captan la renta de los recursos naturales, el fondo monetario internacional, Estados Unidos. Ellos son los que mandan. Los gerentes son los que deciden en los tres poderes formal-ejecutivo, legislativo, judicial- del estado maltrecho que tenemos, pero por definición obedecen a sus patrones.
Estos gerentes gobiernan sobre la base de la alienación de la independencia en el plano internacional y sólo son los ejecutores de la voluntad de los dueños. En cuanto a la soberanía popular, los partidos políticos grandes que deberían representarlas sólo son sobrevivientes estropeados de grandes frustraciones.
El discurso que limita el problema a la ética en término de personas; “pongamos gente honesta que todo mejora”. No es así, porque la corrupción no es el efecto perverso de un modelo, sino la instancia política necesaria para su reproducción en el tiempo. No se trata de poner gerentes éticos al frente del saqueo, sino de echar a los dueños. La corrupción grande es la de los dueños, los gerentes en complicidad, hicieron lo suyo, pero el pillaje mayor esta en los negocios de los dueños.
¿Cómo sacarles el poder a los dueños de la argentina? Primero, no hay que permitir que continúen con el vaciamiento; segundo, recuperar para la nación todo lo que se pueda; y tercero, echarlos. Todo ello con la ley en la mano lo que supone el Poder político necesario para aplicarla.

Alfredo Eric y Eric Calcagno “derrumbe neoliberal y proyecto nacional”

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